jueves, 25 de septiembre de 2008

Cristales azules


Sus dedos treparon por mi espalda, recorriéndome con una lentitud inusitada, tortuosa, infame, y dolorosa; aún había más por delante, no había terminado, aún no.

Cada centímetro de mi ser estallaba, muriendo y resucitando, fundido con el universo. Libre, despojado de los listones de tormenta que abarrotaban mis entrañas.

Eramos un par de estrellas mutando en supernova, partiendo en dos el espacio infinito, creando un inmenso agujero negro entre la vía láctea y nuestra historia.

Y permanezco recostado en su vientre, disfrutando del aroma que habita entre sus piernas esperando el instante exacto para poseerla.

Desciendo por su cuerpo llegando a su humedad, demorándola de pies a cabeza, saciando mi sed de ella, bebiendo el néctar de la vida eterna.

Hasta que los la pirotecnia termino, y el deshielo del universo cubrió nuestros cuerpos inertes, inundandonos de vidrio azul glacial.

Silencio, solo es silencio. ¿Paz? ¿Quien quiere paz?

Sus dedos comenzaron a trepar por mi espalda, recorriéndome con una lentitud inusitada...