domingo, 16 de diciembre de 2007

Amiga mía


El tiempo pasa entre nuestros dedos como el agua, nada es eterno y lo he comprobado por millonésima ocasión, el solo hecho de saber que el camino que has iniciado es el mismo que he de recorrer me hiela, nunca prometimos nada, no lo necesitábamos, sabíamos que existía.

Ahora que ya no estas es como si algo por dentro hubiera estallado en millones de trozos, nada será como era antes, jamas seré el que solía ser, tu partida anticipada es un recordatorio que hay que llegar al limite, cada segundo de existencia, jamas desperdiciaré un instante en querellas o recriminaciones estúpidas que hacen que la mente y el corazón se llenen de veneno e incendian lo poco quede por vivir.

Entiendo que haya sucedido, pero duele, tan profundo que es imposible que el llanto invada mis ojos. Sanz dice que "el dolor cuando es por dentro es tan fuerte que no se alivia con decírselo a la gente" y ahora entiendo.


Solo me resta escribirte, más no expresarme porque no lo necesito, se que el mensaje llega a ti antes que salga de mis dedos, quizas porque tu en algunas ocasiones me susurraras todo, o porque es pensado para ti.

Te extrañaré hasta el último segundo que respire, Amiga mía.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Nada más


Si el tiempo decidiera descansar entre tus labios seria la culminación total de un un final presentido y augurado; como si nada más le importara a la vida que descansar a tu lado, junto a mi, a mis pies.

Nada es todo lo que necesito para creer que estoy lleno del vacío que ha rondado por mis sueños sin luz, oscuros, cargados de tantas y tantos.

Si tan solo el pasado decidiera por mi, no cometería tantas veces los mismos errores, ni desperdiciaría los amaneceres en que no existo porque me sumergo en el océano de estrellas que vagan por el firmamento, firmemente, sin destino.

Los fragmentos de deseos perdidos me abrazan para convertirme en lo que no puedo, ni quiero ser y me alejan de todo aquello en que de a poco he conformado como un hoy y ahora.He dejado atrás girones del armazón que envolvía mis momentos más fecundos, soy el gran culpable de toda la desdicha que aprisiona mi corazón desangrado y sangrante pero sigo en pie, avanzando lenta, confiadamente.

Sin mirar atrás, pisando todo cuanto se interpone entre yo y mi reconsiliación con el cosmos.Ahora hay que esperar a que las piezas del cubo se instalen donde tengan que caer y que la bruma se disuelva, tal vez no haya más nada que hacer, o tal vez aún este en tiempo de conseguir la libertad a base de ser libre siempre, sin ataduras a nada ni nadie, sin cadenas, sin listones