lunes, 22 de diciembre de 2008

Cicatrices


El tiempo ha transcurrido, dejado sus inminentes cicatrices sobre la superficie aspera de mi agotado corazón.

He estado recorriendo este plano existencial con los ojos cerrados, limitándome a ir a tientas, tropezando, cayendo y levantándome, aguantando el peso de ser quien soy, de existir.

Mi vida ha dado vuelcos intermitentemente desde hace tantos inviernos que no recuerdo un instante en paz conmigo mismo, esta guerra ya agotada ha dejado demasiados escombros arrumbados en algún sitio que decidí no existiera más, consumiéndome como cigarrillo entre tus labios.

Y el tiempo ha dejado de correr, atrapado entre mis manos, detenido justo un segundo antes de marcar la hora de mi muerte, castrado y ensangrentado por los caídos en nombre del tiempo, sin darle tregua de reparar los errores cometidos.

Cada segundo que no llega es una gota de sangre menos, cada gota de sangre menos es un segundo más de tiempo, y de nuevo vuelta y vuelta, a empezar de cero hasta que la cuenta regresiva se agote de nuevo.