Manipulo la noche descomponiendo el distante instante en que me toca ser yo, mientras la luna me sonríe al derramar semillas de giralunas por todo el patio.

Completo historias jamas contadas, tarareo melodías inexistentes, parte estructural del mito de mi existencia. Lágrimas de hiel que humedecen rostros que no recuerdo, pero que conozco de algún modo, polvo cósmico que ensucia cualquier vestigio de pureza y ensoñación.

Mientras la muerte interpreta un adagio con la cítara de aquel ángel suicida que, herido en el corazón por causa de una extraña, arrojara sus restos inmortales hacia una segura inmolación en los ríos de fuego que brotan por las grietas de la melancolía y la desesperanza, millones de rostros femeninos desprecian mi existencia por no poseerlas, por deshabitar el sitio donde solía estar sin ser, por no colarme entre sus sabanas en las noches húmedas con olor a sexo y sangre.

Seres sin alma, ni esperanza crean un tormento circense al manchar las nubes de carmín para exaltar sus más bajos instintos, bailando desnudas las lascivas ninfas corrompen el distante instante en que muertas de celos lloran lágrimas pardas porque no pueden conservar el amor entre sus manos, porque no saben como hacerlo, pero lo ignoran.

Pero sigo aquí, siendo angustia, amor, desden y locura, y continuaré mi camino hacia ninguna parte, para descubrir que tan fuerte puedo ser, que tan solo puedo estar y que tan loco he de morir.

El pasar del tiempo cambia la perspectiva que uno tiene de si mismo, eso lo descubrí la mañana siguiente a que mi mausoleo se mudó un poco al oriente.

La luz cambia radicalmente y el ambiente se percibe más extraño (por usar un adjetivo), y el aire lo percibí un tanto enrarecido, como si el simple hecho de despertar a kilómetros de donde me ocultaba del mundo hubiera hecho estragos en mi estructura molecular, o en la densidad de mi sangre, pero me percibí más ligero que de costumbre.

Los días han transcurrido normalmente, nada extraordinario ha ocurrido y sin embargo considero que en el planeta en general se han sucedido una serie de mutaciones imperceptibles.

Es como si el agua de algún río haya cambiado de dirección y solo los peces que en el habitan lo sepan, algo que escapa completamente de mis manos.

Esta es la primera vez que escribo desde otro sitio, que mis manos no golpean ansiosamente el teclado, que mi respiración deja de sentir la fatiga de los años y no obstante estoy cada vez mas cerca de perder un año más de vida, de esperanza, de inspiración.

No creo que algo haya cambiado en mi entorno, más bien yo fui el que cambió el entorno, el decorado de las cortinas, la iluminación del escenario y ahora estoy sentado en la primera fila de este espectáculo que he representado millones de veces y que aún no he memorizado, los cambios te hacen una mejor persona dicen amablemente los libritos de frases trilladas y estúpidas, mas sin embargo no creo que eso suceda, yo creo firmemente que mientras continuamos evolucionando en este mundo tan lleno de basura el mundo es el que percibimos peor que nosotros mismos.

Definitivamente todos los cambios sirven para algo, algunos te destruyen, otros te hacen más fuerte y algunos simplemente no ocasionan nada, pero como soy amante de buscar lo que nadie ha encontrado seguiré escarbando entre las montañas de basura, desechando personas indeseables que se disfrazan de amistades y derribando los muros que me separan del sueño que he tenido siempre, y ese sueño se llama libertad....