domingo, 16 de diciembre de 2007

Amiga mía


El tiempo pasa entre nuestros dedos como el agua, nada es eterno y lo he comprobado por millonésima ocasión, el solo hecho de saber que el camino que has iniciado es el mismo que he de recorrer me hiela, nunca prometimos nada, no lo necesitábamos, sabíamos que existía.

Ahora que ya no estas es como si algo por dentro hubiera estallado en millones de trozos, nada será como era antes, jamas seré el que solía ser, tu partida anticipada es un recordatorio que hay que llegar al limite, cada segundo de existencia, jamas desperdiciaré un instante en querellas o recriminaciones estúpidas que hacen que la mente y el corazón se llenen de veneno e incendian lo poco quede por vivir.

Entiendo que haya sucedido, pero duele, tan profundo que es imposible que el llanto invada mis ojos. Sanz dice que "el dolor cuando es por dentro es tan fuerte que no se alivia con decírselo a la gente" y ahora entiendo.


Solo me resta escribirte, más no expresarme porque no lo necesito, se que el mensaje llega a ti antes que salga de mis dedos, quizas porque tu en algunas ocasiones me susurraras todo, o porque es pensado para ti.

Te extrañaré hasta el último segundo que respire, Amiga mía.

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